jueves, 15 de noviembre de 2012

Delirar, del latín "delirāre"

Derecho al delirio, de Eduardo Galeano.



"¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?


El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones. En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros. La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor. El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega. En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.


Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajaremos para vivir. Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas. Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo. La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanosNadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda. En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpoLa Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la Naturaleza, de la que formas parte». Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma. Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

Seremos imperfectos porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses. Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada como si fuera el primero y, cada noche como si fuera la última."
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Sin justicia no hay paz y sin libertad no hay humanidad, sino simples seres sometidos a la autoridad. Tal vez la raíz del problema se encuentre en este ejercicio de autoridad, de superioridad, de poder. Pero hoy en día tan solo se practica una jerarquía vertical, donde siempre son los que más tienen quienes están en la cúspide de la pirámide. La humanidad ya no tiene ni nombre, ni sueños, ni verdades. Rupturas y fracciones, ni vida ni muerte. Llevamos el cambio implícito dentro de nosotrxs, como semillas de revolución. Como inmensas nubes de humo; la contaminación de los sentidos, el germen del ser humano (que ya de esto tiene poco). Sombras y medias-tintas, de oscuridad o por exceso de luz. Nada es del todo blanco ni negro, de ahí el mestizaje como forma. De conocernos o desconocernos, a nosotrxs mismxs. Tal vez, tal vez queden restos de lo que fuimos. Que ni la sangre ni las sonrisas se borran de las aceras, ni de los parques ni andenes que recorrimos. Ya basta de intentar cegar los ojos de quienes seguimos vivos. Caos de colores, de corazones desnudos. Romper con el egoísmo natural, romper con todo, hacerle la guerra a lo imposible. Deliremos, desvariemos, la locura a veces incita a las personas a ser ellas mismas. y entonces ¿por qué no dejarnos llevar? Sé tú mismx, tal vez la esencia de la existencia esté en la autenticidad.

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